El trabajo es una parte muy importante de nuestra vida y precisamente por ello debemos tener en cuenta que las vacaciones también son esenciales para “resetearnos”, son una necesidad para el cuerpo y la mente. El descanso en nuestro trabajo nos permite distanciarnos de nuestra rutina diaria, darnos otra perspectiva, pensar con tranquilidad sobre cualquier asunto pendiente y, seguramente, en ese estado de relax podamos encontrar mejores decisiones o soluciones. Muchas veces no todo es tan difícil como nos parece cuando estamos dando vueltas a un problema.
La rutina y las responsabilidades del día a día pueden agobiarnos en exceso y cambiar el escenario diario, hacer actividades diferentes a las que hacemos habitualmente, así como descansar más de lo que solemos hacer cuando estamos trabajando, nos hace cambiar nuestro ánimo y nos permite pensar más y mejor. Debemos entender el tiempo de descanso como una compensación al trabajo de todo el año.
Sobre la duración de nuestras vacaciones, los expertos recomiendan entre dos y tres semanas, que es tiempo suficiente para conseguir una desconexión total. En Europa, donde en la mayoría de los países están regulados 20 días de vacaciones o más, la esperanza de vida es superior a la de los Estados Unidos, donde las vacaciones son de 14 días (y no siempre se disfrutan) y los riesgos de ataques al corazón se incrementan en un 35%. Sin vacaciones, los niveles de cortisol pueden desencadenar estrés crónico que afecte gravemente a nuestra salud física y emocional.
Es importante saber desconectar completamente y disfrutar al máximo para volver a nuestro trabajo con las pilas cargadas. A veces no somos capaces de no estar pendientes de nuestro teléfono, del correo del trabajo o de llevarnos algo para acabar en casa… y tenemos que conseguirlo, si no lo hacemos, las vacaciones no cumplirán con su objetivo que es llegar con energía renovada.
Muchas veces dejamos gestiones para hacer en los días de vacaciones y eso también nos impide descansar y desconectar de las prisas y preocupaciones. Si planificas un gran número de cosas para tus días de descanso, estarás convirtiendo tus vacaciones en unos días planificados y estresantes, aunque la actividad que hagas no sea la habitual de los días laborables.
Lo ideal es cambiar de escenario completamente y si esto no fuera posible, dedicarnos a hacer actividades que realmente nos permitan relajarnos, como dormir, pasear, leer, hacer deporte, pasar tiempo con amigos, etc. pero sin generarnos estrés con una agenda incumplible de citas y eventos. Los horarios tienen que ser flexibles y nuestra disposición abierta a cualquier imprevisto que pueda surgir, sin que ello suponga un estrés que nos altere nuestro ánimo en vacaciones.
El mejor plan es disfrutar del “il dolce far niente” para tener una relajación total y que a la vuelta al trabajo nos permita ser un mejor trabajador, mejor jefe y mejor compañero.
Desde Colavoro os deseamos a todos un buen verano.
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