Con la llegada del verano aparecen oportunidades de trabajo, especialmente para la gente más joven o para desempleados de larga duración. Es verdad que la población activa se plantea el periodo estival para descansar, y es precisamente cuando en muchas empresas necesitan buscar gente para sustituir posiciones ocupadas por las personas que toman vacaciones.
Nuestra experiencia nos dice que aprovechar estas oportunidades puede ser una puerta de entrada a la empresa donde se presta servicio y es por ello, que no se pueden dejar escapar estas oportunidades. Cierto es que el calor invita a pensar en descanso, pero si llevas tiempo sin trabajar o buscas tu primer empleo, no te deberías permitir rechazar una oferta de trabajo, aunque fuera temporal para hacer sustituciones en verano.
En el caso de ser estudiante, hay dos motivaciones claras para aceptar un trabajo en verano, experiencia y dinero extra. Adquirir experiencia laboral que sin duda nos va a proporcionar cierta ventaja al incorporarse al mundo laboral. Entre dos personas con igual preparación, recién acabados los estudios, a la hora de ser seleccionado para ocupar un puesto de trabajo, sin duda el reclutador se inclinará por aquella persona que tenga alguna experiencia laboral. Sacar un dinero extra para sufragar tus gastos, también es una buena motivación.
Cierto es que, en la mayoría de los casos, son contratos temporales, bien para sustituciones o bien por un incremento de trabajo puntual por el periodo vacacional. Pero a la hora de plantearte si aceptar o no un trabajo en verano, te deberías plantear la imagen positiva que proyectas cuando en tu currículo reflejas que tienes disponibilidad para trabajar en este periodo del año, sacrificando tus vacaciones.
¿Qué deberías plantearte para empezar?
Tu disponibilidad. Si has decidido trabajar en verano, no puedes plantarte unos días de descanso en ese periodo. Si decides comprometerte con una empresa, debes cumplir con tu compromiso. Aceptar lo que te planteen y no cambiar de opinión a los pocos días de conseguir el trabajo.
Tus circunstancias personales. Si por ejemplo en una oferta de empleo se indica que es necesario tener vehículo propio y tú no lo tienes, o no tienes medios para llegar hasta el lugar de trabajo, es mejor no aceptar el trabajo, en caso de ser el candidato elegido. Evitas perder tiempo a la empresa y a ti mismo, además de no perder credibilidad.
El dinero por el que estás dispuesto a trabajar. Es un asunto importante y partimos que, tanto desde la empresa, como por parte del candidato, se debe hablar con total claridad del salario. Te corresponde decidir si estás dispuesto a trabajar por la cantidad que te ofrecen. No cabe negociar después de incorporarte al trabajo, da muy mala imagen si actúas de esa manera.
Lo que puedes aportar a la empresa. Tú debes ser la persona seleccionada, no hay nadie mejor que tú. Eso lo tienes que trasladar a la persona que te entrevistará. Convéncelo mostrando tus ganas de trabajar, agradece que te den la oportunidad que estás buscando. Haz hincapié en que no te importa que sea un trabajo temporal, que lo que quieres es trabajar. Muéstrate como una persona flexible, capaz de adaptarte a cualquier circunstancia.
Es muy probable que, si consigues tener la oportunidad de trabajar en verano, la empresa para la que trabajes te tendrá en cuenta para futuras ocasiones para un puesto que ya no sea una sustitución. Si das tu mejor versión, te aseguras de que te tendrán en cuenta, sin ninguna duda, cuando surja la oportunidad de cubrir un puesto. Para las empresas es más fácil contar con gente que, cuando lo han necesitado, se han comprometido, especialmente cuando inicialmente solo fuera para un trabajo temporal.
¿estás dispuesto?
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