Podemos definir la motivación como todo aquello que impulsa a alguien a llevar a cabo acciones y dar lo mejor de sí mismo, para conseguir lograr los objetivos que se ha marcado. La motivación, en cualquier ámbito de nuestra vida, depende de nuestra actitud. Tenemos que ser capaces de enfrentarnos con una actitud positiva a cualquier cosa que nos surja en cualquier momento.

Si centramos el tema de la motivación en el ámbito laboral, tenemos que pensar que pasamos gran cantidad de horas en nuestro trabajo, y estar en un buen ambiente laboral nos hace estar felices y ser más productivos. Para estar motivados en el día a día, tenemos que afrontar nuestras tareas movidos por un afán para lograr los objetivos marcados por nosotros mismos o por nuestra organización.

Es importante, pensando en la motivación del equipo, que todos los miembros se sientan parte de la organización, esto es fundamental para que la comunicación interna sea fluida y se genere un buen ambiente de trabajo, donde todos los miembros sientan que tienen su lugar y que su trabajo es importante para lograr buenos resultados.

Tener unas condiciones de trabajo adecuadas y acceso a formación nos ayudará a realizarnos, a que el desarrollo profesional del equipo ayude a la organización a hacer las cosas mejor, con más calidad, si esto lo unimos al reconocimiento por parte de los gestores de la organización, se conseguirá que el equipo vea razones para estar motivado.

Lo anteriormente expuesto podríamos denominarlo motivaciones externas que, sin duda, nos ayudan a impulsar nuestra motivación personal o interna, pero esto no se cumple en dirección contraria, muchas veces no somos capaces de hacer que nuestra motivación personal aumente ante motivaciones externas. La motivación interna viene dada por nuestro deseo de crecer, mejorar, realizarnos, etc., es decir, con la satisfacción personal y eso depende exclusivamente de nosotros.

¿Qué podemos hacer para motivarnos? Podríamos empezar por marcarnos metas y saber que el camino para conseguirlas puede no ser fácil, ello forma parte del juego, pero lo realmente importante es tener actitud positiva ante cualquier contratiempo, debemos saber gestionar la frustración, la tristeza, la impotencia y superar cualquier obstáculo que encontremos. Es normal que tengamos pensamientos negativos, pero tenemos que conseguir que no nos afecten demasiado y tener claras las metas que deseamos conseguir para alcanzarlas.

El optimismo y el buen humor deben estar presentes en nuestra jornada, las personas creativas, positivas y con ganas de hacer cosas son las que harán que el equipo sea más productivo y comprometido con la empresa y ello está directamente relacionado con el aumento de la satisfacción de los clientes.

A modo de conclusión podemos decir que la motivación depende en gran medida de nosotros, nadie, por más que nos empeñemos, puede conseguir que nos motivemos, si nosotros no estamos por la labor. Es verdad que obtener reconocimiento de los demás o una palmadita en la espalda a tiempo ayuda, pero no es definitivo, la clave somos nosotros mismos. No nos podemos lamentar constantemente de cosas que no tenemos, debemos ser capaces de conseguir nuestras metas con los medios reales que tenemos a nuestra disposición.

Tenemos que hacer la mejor jugada con las cartas que nos han tocado en suerte. Ánimo, SI QUIERES, PUEDES…

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