Si nos preguntamos qué es el desarrollo profesional, podríamos decir, a grandes rasgos, que es un proceso mediante el cual alcanzamos la plenitud profesional. Es decir, es el camino que recorremos en nuestra vida laboral en el que acumulamos experiencia, conocimientos y recursos para superar con solvencia cualquier inconveniente o reto que se nos presente. Para conseguir este desarrollo profesional, pasamos a lo largo de nuestra vida por tres etapas profesionales muy diferenciadas.

Etapas profesionales

Etapa Junior (de los 18 a los 30 años)

Comienza con el inicio de nuestra carrera profesional al acabar los estudios. En esta fase descubrimos el mundo laboral y tenemos poca autonomía. Es una etapa de aprendizaje en la que estaremos siempre bajo la supervisión de nuestros superiores. En esta etapa la retribución no es muy alta ya que parte de la retribución sería la adquisición de conocimientos (lo que en ocasiones se denomina como “hacer curriculum”).

Etapa Senior (de los 30 a los 50 años)

Tras pasar por distintos puestos, la experiencia acumulada tiene una relevancia fundamental que permite cumplir con todas las tareas de forma óptima. Esta etapa suele conllevar aumento de responsabilidades, tomar decisiones, supervisar equipos, organizar procesos, optimizar tiempos, etc. Todas estas responsabilidades (normalmente) están compensadas económicamente. 

Etapa Executive (de los 50 años en adelante)

En esta etapa obtendremos los frutos de nuestra trayectoria profesional, es la fase de la realización. Es el momento de aprovechar la experiencia acumulada para sacar lo mejor y compartir conocimientos con los demás.

Es muy importante durante las tres etapas tener objetivos y metas, así como plazos definidos para su cumplimiento y enfocar todos nuestros esfuerzos en alcanzarlos. Es verdad que el mercado laboral ha cambiado mucho. Hoy en día una persona cambia entre 5 y 10 veces de empleo durante toda su vida y a veces no es fácil cumplir las etapas aquí definidas. Pero independientemente de las circunstancias que nos toque vivir, debemos aprovechar el tiempo y disfrutar del recorrido.  Cada una de las etapas nos servirá para alcanzar la plenitud profesional y la satisfacción personal de reconocernos el trabajo bien hecho.

Nunca podemos olvidar que de todo se aprende, de cada una de las etapas profesionales, de cada compañero, de cada jefe, de cada empresa. En el momento no somos conscientes del aprendizaje, pero al pasar el tiempo, nos damos cuenta de las huellas que deja en cada uno de nosotros cada vivencia profesional. Cada vivencia nos servirá bien para saber lo que queremos, lo que nos gusta o lo que nos aporta, o bien para todo lo contrario, para saber lo que no queremos, lo que no nos gusta o lo que no nos aporta nada.

Disfrutar del camino depende en gran medida de nosotros y de la actitud con la que nos enfrentamos a la vida (profesional o personal).

Colavoro

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