El precariado: la juventud hipercualificada y más desempleada

precariado juvenil

En este artículo escrito por nuestros becarios Sofía Borao y Aitor Carmona, hemos querido dar visiblidad al precariado juvenil. 

El 2020 terminó con una tasa de paro juvenil del 40,13%, siendo la más elevada de la Unión Europea. La crisis sanitaria y económica derivada de la Pandemia de la Covid-19 agravó las cifras de desempleo juvenil durante el pasado año, y todavía no se ha logrado una recuperación significativa.

¿A qué desafíos se enfrenta el precariado?

Los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes en la actualidad son excepcionales. No solo nos referimos a superar el impacto de dos graves crisis económicas en poco más de una década, sino también a problemas estructurales del mercado laboral que perjudican directamente a los jóvenes.

La temporalidad y precariedad laboral del empleo juvenil les convierte en el sector más vulnerable. Los años de formación y la motivación por iniciarse en el mundo laboral se topan con la barrera de la falta de puestos y la exigencia de años de experiencia.

La falta de oportunidades para la juventud convierte el mundo laboral en un entorno en el que reina la hipercompetitividad para lograr un puesto de trabajo. Sumado a que en muchas ocasiones no se corresponde con sus competencias profesionales. Este desajuste entre el nivel de estudios y el empleo ofertado devalúa el aprendizaje y las capacidades de los jóvenes.

El nuevo contexto laboral ha provocado una gran decadencia en las condiciones de trabajo, generando inseguridad en los jóvenes. Ocurre que, incluso teniendo estudios superiores, tienen unas expectativas de futuro profesional muy pesimistas. Si bien la incorporación al mercado laboral supone en principio una gran motivación de poner en práctica los conocimientos aprendidos y de ganarse un sueldo con el propio trabajo, la juventud se enfrenta a este reto con frustración e incertidumbre por la desalentadora situación actual.

Cómo enfrentarse a este problema 

La idea utópica de encontrar un empleo estable se ve cada vez más lejos para el precariado junevil, que con el título universitario en mano es consciente de las reducidas oportunidades que les da el escenario existente.

Es necesario enfrentar este problema desde una perspectiva genérica, no únicamente económica. Sería fundamental hacer una revisión de las políticas activas de empleo que no están funcionando. También es de vital importancia la adecuación del empleo a la formación. Debe tratarse como una prioridad dar salida laboral a un sector de población tan amplio y tan formado. Además de instar a las empresas a dar oportunidades a los jóvenes y regularizar las condiciones de empleo para evitar la precariedad.  

Artículo escrito por Sofía Borao y Aitor Carmona

Photo by Pat Whelen on Unsplash

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